top of page

JUGOS

Menú
Afirmó José Ariza, vendedor de bebidas de la Plaza central 
“Si lo quiere se le tiene, le tengo hasta 50 jugos para escoger”

“Los jugos más sabrosos de Bucaramanga”. Con esta descripción, Julián Pérez se refiere a los refrescos que venden en las plazas de mercado, mientras conduce su viejo bus (asociado a la compañía Unitransa), que realiza un recorrido con 10 pasajeros por la carrera 33 hasta el Centro Comercial Cacique (en sentido norte- sur).

Pérez, quien sin dudarlo un segundo, no se niega una naranjada cuando pasa frente a las plazas bumanguesas, (le pide el favor a la vendedora que le acerque el refresco hasta la puerta del vehículo) me hace bajar del colectivo al frente de la Plaza Guarín y dice – mire, por ese pasillo, ese que se ve hacia al fondo, consigue jugos, de esos que ni siquiera cree que existen, vaya y verá-.

Entre el tumulto y uno que otro empujón, la plaza Guarín se convierte en uno de los lugares más concurridos para hacer mercado en la ciudad. El ofrecimiento del tamal, la papa, la yuca, la naranja, poco a poco acercan a los ciudadanos a más de 12 ventas de jugos que se encuentran ubicadas dentro de este lugar representativo de la ciudad bonita. Es así, como muchos de los clientes, sedientos, llegan a consumir en este lugar bebidas raras, exóticas y nutritivas.

“El puesto 1213, no lo olvide” le repite doña Trinidad Lizarazo a dos jóvenes quienes gustosos se alejan lentamente de su negocio, luego de tomarse un potencializador jugo de borojó, el jugo más apetecido por los visitantes de este lugar. Este jugo, además de ser conocido por sus extraños ingredientes como: el  huevo de codorniz con cáscara, el cristal del ojo de vaca, el vino sansón y por supuesto el borojó; también se distingue por ser afrodisiaco. Sus efectos dicen dar resultados minutos después de consumirlo.

La fama de este alimento afrodisiaco, convierte este jugo en el número uno en  ventas del puesto 1231 de la plaza Guarín “se venden casi 20 al día, su aporte vitamínico motiva a las personas a probarlo”, comenta Lizarazo, al referirse a las ventas que realiza el día domingo.

Por su parte, José Ariza, propietario de la ‘Frutería las brisas’, de la Plaza Central, menciona que los efectos secundarios del borojó hacen que la gente se motive a comprarlo”. En su caso, este comerciante supera la venta de 30 bebidas de borojó diarias.

 

A su vez, con una sonrisa traviesa en su rostro, Ariza explica “esto sirve para subir las defensas, mejorar el ánimo, disminuir el cansancio, neutralizar energías para la gente que trabaja en las noches y para lo que quiera”, comenta con el fin de atrapar a un cliente en la mañana dominguera.

Cuando el reloj marca las 08:30 a.m. estos dos personajes  -berracos por naturaleza-  que en diferentes puntos de la ciudad ganan su sustento diario, se percatan que se aproximan a la hora pico en ventas.

Aprovechan este momento, para  gritar con gran euforia una frase célebre que  atrapa la gente, “no se deshidrate, tome jugo, suba sus defensas”, la repiten siete veces consecutivas en menos de cinco minutos, con el objetivo de antojar a las afanadas amas de casa que a esta hora hacen el mercado semanal.

“Le tengo el extracto de zanahoria, el juguito verde para adelgazar, el de zapote, el de mandarina, el de mango, el de frijol, el matrimonio”. ¿Quién iba a creer que el matrimonio tendría una agradable presentación en las concurridas  plazas bumanguesas?

Efectivamente, como si se tratara del asocio con esta etapa de la vida que muchos evitan probar. El jugo de matrimonio, que inicialmente lleva una capa gruesa de salpicón, otra de un cremoso queso rallado, granola, leche condensada, fresas, manzana verde, miel y una capa fría que parecía ser helado, se convierte en un manjar que con  $3.000 se puede probar.

En cuanto a la tan conocida “ñapa”, o encime, pocos comensales se resisten a pedirla, como es el caso de una joven, que con  agilidad se toma un jugo de mango con leche y con disimulo espera el sobrante que queda en la licuadora.

sin embargo, en el caso del matrimonio, no es necesaria la “ñapa”, ya que contiene grandes cantidades de nutrientes que sacian el estómago de los hambrientos clientes que sin desayuno se acercan a estas horas de la mañana.

Mientras el día continúa, la vida de doña Trinidad sigue al ritmo del motor de la licuadora, con el que prepara cerca de 200 jugos al día. Ella, hace 15 años se dedica a este oficio que la obliga a trabajar todos los días desde las seis de la mañana hasta las seis de la tarde.

A pesar de que la jornada es larga y agotadora, ya que no pueden darse el chance de sentarse por más de tres minutos porque los clientes no esperan, Trinidad asegura que aunque el trabajo es arduo, este le ha dado buenos frutos económicos en su vida y afirma que “a punta de jugo y jugo he logrado sacar mi familia adelante”.

Así como doña Trinidad y don José, Patricia Abril, María Eugenia González y Jennifer Niño, también vendedoras de batidos, son considerados por sus clientes como expertos en la preparación de aproximadamente 50 tipos de jugos “nos preparan desde la bebida que quita el dolor de estómago, de cabeza, hasta el dolor de piernas”, comentó Carmen Anaya, consumidora frecuente de jugos de plaza.

Con destreza los vendedores se las ingenian para preparar los extractos  que sean necesarios. Cada día se inventan hasta tres clases de bebidas dependiendo los gustos de las personas, quienes en ocasiones piden vitaminas como: Vitacerebrina (complemento vitamínico que fortalece el sistema inmunológico y nervioso ayudando a mejorar la capacidad del cerebro. Es de los suplementos más pedidos) el Ginseng (sirve para mantener altos niveles de energía y rendimiento mental), hasta la popular Mero Macho (potencializador y estimulador sexual para hombres y mujeres).

Por su parte, Beatriz Angarita de Guzmán, cliente de los jugos de la plaza Guarín, comenta su punto de vista sobre los lugares bumangueses donde se preparan estas bebidas y los compara con otros países “he visitado más de 30 plazas de mercado, en Italia son hermosísimas, muy bonitas, organizadas, limpias. En Canadá, también son espectaculares, allá la gente no mira por estratos sociales. Todo es limpio, natural, pero los jugos de allá no son tan nutridos y ricos como los de acá”.

Poco a poco, Angarita de Guzmán profundiza sobre sus experiencias en las plazas de mercado y los lugares dentro de ellas que frecuenta para consumir jugos “en una plaza de mercado se conoce la idiosincrasia del país que visitas”.

A su vez, nombra una experiencia desagradable que vivió en una plaza de mercado  de Lima, Perú. Relata que vio cuando preparaban los batidos con animales vivos, como el jugo de rana, una bebida exótica de ese país. Recuerda espantada la consumidora, mientras se toma un jugo (en la plaza Guarín) de color rosado hecho con remolacha, mandarina, zanahoria, jengibre y carambolo.

Mientras lo saborea lentamente, elogia la higiene y lo saludable que significa consumir este tipo de refrescos en las plazas de la denominada ciudad bonita “lo que yo le pido a ellos, me lo hacen y los productos con los que preparan los jugos son muy frescos, entonces yo me lo tomo con absoluta confianza. Es espectacular poder escoger entre la  variedad de todos las frutas que se encuentran en este establecimiento”.

Como doña Beatriz, cerca de 500 personas ingresan a la plaza Guarín ubicada sobre la carrera 33,  a consumir este tipo de bebidas únicas en Bucaramanga.

Cindy Rodríguez, nutricionista de la Universidad Industrial de Santander, UIS, comenta que aunque no todas las bebidas que se preparan en estos locales, cumplen con el objetivo de quitar los dolores, algunas de ellas tiene un porcentaje nutricional muy alto dependiendo del tipo de frutas y verduras que se usen en la preparación. A su vez advierte que estas afirmaciones de los vendedores pueden ser mitos para atraer más compradores y resalta que, “si la elaboración de este tipo de productos no se realiza con el debido procedimiento e higiene, o se realizan mezclas inadecuadas se pierde todo el poder vitamínico de las sustancias”.

Todo va en la preparación, en la receta, en el toque que cada quien le da a estas bebidas, y como dice don José “le tengo el juguito de agras para las defensas” o si de gustos se trata “si lo quiere, se le tiene, le tengo hasta 50 juguitos para escoger”, concluyó en esa mañana soleada de un domingo de plaza.

bottom of page